Las llaves de este reino
cargan el nombre de padre Dickinson con emoción y sencillez blusero-filial.
La
muerte del padre no suele dar paso a una fiesta, al menos a este lado del
patrón cultural. Y durante los funerales de después sus hijos suelen estar más
confusos que animados. Pero hay excepciones. Keys to the Kingdom es una de ellas. La banda de los hermanos
Luther y Cody Dickinson recorre la figura de su padre Jim (músico, productor y
tótem del blues sureño) con un disco abierto y luminoso, tañido por la
autenticidad que regala la memoria cuando fluye ante el ausente.
La
muerte de Jim Dickinson no solo produjo este
disco curtido por el romanticismo sureño sino que además rescató a NMA de un
silencio que muchos dábamos por largo, tras la incorporación de Luther al
elenco estable de The Black Crowes. Por ello Keys to the Kingdom es doble regalo, por temas como “How I Wish My
Train Would Come” o “Hear The Hills”, que habrán de escucharse caminando por la
orilla de un río, el Mississippi u otro. Por covers como “Stuck Inside of
Mobile With The Memphis Blues Again” (Dylan) o el aire de trote de “Jellyrollin
All Over Heaven”. El disco fue grabado el año pasado en estudio propio, una
circunstancia que suma un viento rural al new
old blues de NMA. La enorme aportación del bajista Chris Chew y la voz
aguardentosa de Luther terminan de pintar la placa de entrecasa, como una radio
que suena en un bar a la entrada de un pueblo. Si es cerca de Memphis, mejor.
Keys to the Kingdom (2011, True North
Records)
Alejandro Feijóo
(Publicado en Esto No Es Una Revista, número 21: La Mujer)
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