domingo, 1 de septiembre de 2013

RHCP: Un ejercicio de supervivencia

Si a cualquier hincha de Red Hot Chili Peppers le dieran a elegir una situación ideal no se alejaría mucho de la actual: nuevo álbum, nueva gira y nuevo integrante.

Si a cualquier hincha de Red Hot Chili Peppers (RHCP) le dieran a elegir una situación ideal no se alejaría mucho de la actual: nuevo álbum, nueva gira y nuevo integrante. ¿Se puede pedir algo más? Sí, que papá y mamá no se divorcien nunca, pero la vida es así de dura, muchacho. Y más después de tanta década encima, unos años ochenta tumultuosos, unos noventa tumultuosos y brillantes, y la menos tumultuosa década siguiente, la de recogida de beneficios. Ahora, dicen, toca resurrección, renacimiento.

Los californianos nunca habían estado tanto tiempo (desde Stadium Arcadium, 2006) sin grabar canciones originales. Y para mayor vacío por el camino se les quedó John Frusciante, que igual no era el alma de la banda pero sí un tipo con tanta música dentro que tiene más discos solistas que los que cuenta la banda a la que ya no pertenece. Al parecer el divorcio fue incruento. Tanto que el lugar del marido lo ocupa ahora el amante, Josh Klinghoffer, un guitarrista amigo de Frusciante y colaborador del grupo, al que apoyó en directo en algunos temas de las últimas giras. Un amigo de la familia.

I’m With You es el resultado de este nuevo modelo familiar, un disco con 14 canciones elegidas entre varias docenas de composiciones que quedaron fuera. El partero de la criatura volvió a ser Rick Rubin, el productor responsable de un sonido que vuelve a ser reconocible. Porque si algo tiene de nuevo este disco es lo que en él hay de viejo. La voz de Kiedis vuelve a sonar clara (esperemos que también lo haga en directo); Flea no solo sigue siendo el más pepper de los peppers sino que su crecimiento como compositor le da mayor peso específico en la banda, y la base de Chad Smith sigue inscribiéndose en la categoría de impecable.

Que Klinghoffer no es Frusciante se suponía. Y el hecho de que no quiera parecérsele es casi la mejor noticia del disco. Su estilo es decididamente más sutil, lejano de los espectros hendrixianos de su predecesor. Una presencia un poco residual que de tanta sutileza se acerca a veces a la ausencia. Como si sus nuevos compañeros de banda le hubieran dicho: “OK Josh, mantente un paso atrás, ya te avisaremos cuándo destacar”. Escuchando a Klinghoffer resulta difícil no referenciar a la anterior ausencia de Frusciante, porque para muchos One Hot Minute (1995) es uno de los mejores discos del grupo, aunque sus integrantes, con Kiedis a la cabeza, renieguen de la época, de Dave Navarro y de aquellos excesos. Un odio a pesar del cual será difícil borrar canciones como “Warped” o “Coffee Shop”.

Como debe resultar ya notorio, es más lo que rodea al disco que lo que el disco deja por sí. “Monarchy of Roses” lo abre con un aire (precisamente) muy “Warped”. Hay temas que remiten (un poco vagamente) al espíritu del Blood Sugar Sex Magik, como “Factory of Faith” o “Goodbye Hooray” y otros que parecen descartes de Californication (“Police Station”) o By The Way (“Happiness Loves Company”). África se deja oler de lejos en “Ethiopia” y “Did I Let You Know”, y hasta aparecen los Rolling Stones en “Meet Me at the Corner”, un “Waiting on a Friend” pasado por la licuadora pop de estos RHCP de espíritu renacentista.

Con I’m With You los RHCP parecen haber recuperado algunas señales vitales sin llegar a la remisión completa de la enfermedad. Es cierto que al principio algunas canciones parecen un chicle enroscado en el dedo. Pero la sensación es que a medida que avanza la escucha, el disco va ganando poso. En resumen, no es lo que un creyente esperaría de una resurrección pero tampoco defraudan. Y aunque no es precisamente un álbum conceptual (no siempre sabes qué calcetín va con cuál) la variedad de registros es una lluvia de verano. Por primera vez, los RHCP tienen dónde elegir.

I’m With You (Warner Bros. Records, 2011)

Alejandro Feijóo



No hay comentarios:

Publicar un comentario