domingo, 1 de septiembre de 2013

Lou Reed & Metallica: Lulu

El concubinato entre los popes del metal y el cascarrabias de Nueva York confirma que las uniones de hecho no siempre disfrutan de las mieles de lo prohibido

Dupla heterogénea donde se imaginen, el matrimonio de conveniencia entre Lou Reed y Metallica ha dado a luz a su primogénito: Lulú, un híbrido entre la trova neoyorquina y un metal que parece haberse vuelto más de cámara que de masas. Los hinchas de la banda andan ampollados con la coyunda, tanto que los más hooligans han prometido piras a lo Fahrenheit, mientras que los seguidores del líder de la Velvet parecen sobrellevar mejor el trauma. Acaso porque lo que empieza como pirotecnia metalizada acaba diluyéndose en un barroquismo tras el que se asoma el origen teatral del proyecto.

Hablando en plata, el disco es bueno. Y se deja escuchar (y algo más) si se destierran las pasiones de tablón, pues siempre hay música en los conceptos y no siempre al revés. Pero para conseguir la afinidad, el acercamiento debe ser más museístico que de estadio: aquí no hay hits y apenas se recuerdan estribillos. Es más, a medida que se avanza en su minutaje resulta difícil sacudirse la idea de un “disco trampa”, en el que Metallica accede a la categoría de banda soporte (de lujo, eso sí) ante un Lou Reed pletórico con su muñeca de brazos rotos, tal la portada de un disco que carga con el karma de los álbumes conceptuales y que apenas disfruta de su chapa.

Lulu (Warner Bros., 2011)

Alejandro Feijóo




No hay comentarios:

Publicar un comentario