jueves, 2 de febrero de 2017

Eagles of Death Metal

Tras los atentados de París, y a pesar de ellos, la música de Eagles of Death Metal sigue desplegando su propuesta desenfadada

Si hay algo que se encuentra íntimamente ligado a la cultura del espectáculo es la búsqueda de la notoriedad. Aunque el lector coincidirá en que hay notoriedades y notoriedades. No es lo mismo viralizar el ambiente con un beso lésbico o tirándose al público desde el escenario que ser “la banda que tocaba en Le Bataclan cuando cuatro tipos entraron disparando sus AK-47”. Este último y desgraciado honor le corresponde exclusivamente a Eagles of Death Metal (EoDM). Y tras el reguero de muertos y heridos resultaría difícil que la mención cayera alguna vez en el olvido. Seguramente a su pesar, esta notoriedad acompañará de por vida a la banda californiana.


EoDM vio la luz en la cálida Palm Desert, lejos de la hoy aterrada París, a finales del siglo pasado. Y lo hizo como un proyecto B dentro de otro proyecto B. A saber, por aquel entonces Josh Homme había disuelto Kyuss y había formado Queens of the Stone Age (QotSA), dos antecedentes que lo ubicaron para siempre en lo más alto de la pirámide del stoner rock. Disfrutando de la deidad, y tan incontinente musicalmente como parco en el escenario, Homme mediaba además la grabación de las hoy míticas The Desert Sessions, en cuyos volúmenes 3 y 4 EoDM hizo su primera aparición, comandados por el propio Homme y su amigo de la Secundaria Jesse Hughes. Esta performance, no obstante, fue prácticamente debut y despedida, pues la banda que aún no era banda guardó silencio hasta 2004.

Peace Love Death Metal (2004)

La grabación de Peace Love Death Metal, su primer álbum, dejó al descubierto un rock directo, desenfadado y burlesco, y acaso más alejado de lo que se creía de las coordenadas desérticas trazadas por los exitosos QotSA. Esta vocación de uppercut no pasó desapercibida para las industrias cinematográfica y publicitaria, que utilizaron varios de sus cortes para sendas bandas sonoras y comerciales.


Death By Sexy (2006)
La siguiente entrega discográfica llegó dos años después. Death By Sexy dejaba claro desde el propio título que la banda no se había entregado a los brazos del minimalismo ni del indie, sino que se mantenía fiel a las dosis de testosterona con que se habían presentado. Para confirmar la dotación hormonal, EoDM son elegidos para acompañar la gira de 2006 de Guns N’ Roses. En el primer concierto de dicho tour, el ínclito Axl Rose no tuvo mejor ocurrencia que preguntarle al público si había disfrutado de "The Pigeons of Shit Metal" (‘los pichones del metal de mierda’). Tras la polémica, dirimida a través de los medios y no de los puños, aquel fue el primer y último concierto de la gira para EoDM, quienes a pesar de su incomparecencia cobraron todos y cada uno de los shows contratados.


Heart On (2009)
A esta altura de la trayectoria quedaba claro que EoDM sonaban mucho menos metálicos que lo que su nombre insinuaba. Y que el fantasma de degollar pollitos con los dientes moría corroído por la acidez de unas canciones que, como esta “Wanna Be in LA”, muestran sus intenciones desde el primer verso: “I came to LA to make rock 'n' roll”. Una consigna con la que parece alcanzar y sobrar.





Zipper Down (2015)
Seis años de retiro y un tiroteo mortal. Así podría definirse el trayecto recorrido por Zipper Down, su último disco hasta la fecha. Fresco y efervescente, con ciertos ecos de QotSA y hasta alguna pizca de The Black Keys, EoDM parecen haberse relajado y encontrado espacio para canciones más reposadas como “I Love You All The Time”, en la que se escuchan estrofas cantadas (¿premonitoriamente?) en francés. A ellas se suman delicias como “Save A Prayer”, un cover diríamos desértico de aquel éxito de Duran Duran de los tiernos años ochenta, o esta “Complexity”, que ya había sido utilizada por Jesse Hughes en su fugaz proyecto paralelo Boots Electric.


Alejandro Feijóo


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