Del marfil de hipopótamos egipcios al actual plástico duro made in
China, el peine ha sido siempre ese señor dentado que nos permite salir lindos
en las fotos
Mucho antes de que el peine se
hubiera convertido en ese objeto que encaja perfectamente en el bolsillo del
caballero; mucho antes también de que el pelo se volviera fetiche de una
sexualidad más o menos intensa, y mucho antes –por supuesto– de que los
clorofluorocarbonados de lacas y fijadores hubieran dado en la diana de la capa
de ozono, el peine ya había mostrado sus dientes en las fauces de la humanidad.
La galería fotográfica que les presentamos a continuación da buena fe de esa
presencia histórica, acaso modesta pero nunca marginal.