lunes, 29 de septiembre de 2014

Pan caliente

Nueva entrega de nuestro compendio de novedades discográficas, en el que coinciden chicos malos, chicas mandonas y un señor que vive protestando.

Desde que la industria discográfica certificara su propia defunción, allá por el advenimiento de internet, la cantidad de novedades musicales se fue multiplicando al ritmo de los panes y los peces. Para explicar este proceso en apariencia contradictorio podrían esgrimirse una multitud de motivos: la conversión del oyente en usuario, el final del culto al objeto-disco, la simple y llana piratería vikinga o la bipolaridad de una industria que se afana por explotar todas las ventajas (propias) de la red de redes a la vez que censura todas las ventajas (ajenas) de la red de redes. Sea como fuere, no nos toca valorar esta realidad compleja y sí exprimir en pocas líneas las beldades y algunas de las fealdades de estos discos crujientes como milonguitas recién salidas del horno. Prick up your ears!


Sinéad O'Connor: I'm Not Bossy, I'm The Boss (Nettwerk, 2014)
Experta en no conformar a todos por igual, la irlandesa Sinéad O’Connor ha estado más asociada a novedades extramusicales que a alguno de los buenos discos que publicó en sus más de veinte años de carrera. Los flirteos religiosos, las confesiones sexuales y cierto vaivén en su imagen personal le han emparejado con esos escándalos de los que tan bien viven quienes recogen las migas que se les caen a los demás. I'm Not Bossy, I'm The Boss llega con la intención de correr el foco desde el chisme a unas composiciones que, bordeando lo autobiográfico, oscilan entre el pop más simplón y el estertor desgarrado. La escucha comienza sumergiéndonos de golpe en lo previsible (“How I About…”), con temas que lo han dicho todo en los primeros veinte segundos. Pero mediada la placa las piedras de lo radiable dejan paso a “The Voice of my Doctor”, “Harbour” “James Brown” y “8 Good Reasons”, cuatro canciones consecutivas que equilibran la balanza y que, al final, dejan a todo el mundo con buen sabor de boca. Por fin, Sinéad lo hizo.

Sinéad O'Connor-“ Take Me To Church”


Morrissey: World Peace Is None Of Your Business (Harvest Records, 2014)
La publicación de un nuevo disco de Morrissey suele constituir una noticia de lo más estimulante para esa inmensa minoría que permanece atenta a los pasos del músico británico. Buenas canciones, una performance vocal impecable, salpicones de crítica y sarcasmo: algo de esto está asegurado ante cada lanzamiento. El caso de World Peace Is None Of Your Business es una confirmación múltiple a esta regla. Temas como el que da título al álbum, la hipnótica “Neal Cassady Drops Dead”, “Kiss Me A Lot” (con su aroma a The Smiths) o los bonus “Art-Hounds” y “Scandinavia” admiten más de una escucha, en parte gracias a los característicos giros vocales de Mozz. Los toques latinos o directamente hispanos son más que notorios y hacen cumbre en “The Bullfighter Dies”, donde el garrote que se llevan España y la tauromaquia es de los notables. Pero como suele ocurrir cuando se trata de Morrissey, la vida de sus discos continúa más allá de su circunferencia. En este caso, a los pocos días del estreno de World Peace… la discográfica Harvest ha anunciado la ruptura de relaciones con su representado a raíz de las críticas de este a aquella por no haber producido videoclips promocionales. Todo empezó cuando Morrissey elogió el esfuerzo de algunos fans por elaborar caseros y apreciados montajes de imágenes, uno de los cuales pueden ver a continuación.

Morrissey-“World Peace Is None Of Your Business”


Bugge Wesseltoft: OK World (Jazzland Recordings, 2014)
Si de algo ha dado muestras el pianista noruego Bugge Wesseltoft a lo largo de su ya dilatada carrera es de versatilidad. Inscrito originalmente en el magma jazzístico e inclinado más tarde hacia el nu jazz, no tarda en entregarse por fin a un sonido propio que es reconocible desde la primera nota y al que no le faltan trazas de ambient y electrónica. En su nuevo proyecto, OK World, consigue el más difícil todavía: abarcar y apretar con la misma fuerza. Acá aparece como timonel de un arca en el que se acompaña de músicos de tres continentes y seis nacionalidades. El resultado son vientos de flamenco, letanías orientales y bases latinas que, junto a otras deliciosas especias musicales, conforman un disco que es un cross directo a la mandíbula de quienes banalizan la world music con un meneo de caderas.

Bugge Wesseltoft-OK World


Karma To Burn: Arch Stanton (FABA/Deepdive Records, 2014)
El sexto álbum en estudio del trío estadounidense de rock stoner serviría perfectamente para ilustrar la definición de “continuismo”: potentes temas instrumentales que crecen a la sombra de ese enorme baobab llamado Kyuss, riffs hipnóticos que miran de reojo a la psicodelia, carretillas de entrega y esa costumbre babilónica de numerar los temas según una lógica no siempre al alcance del oyente. Si lo que se busca es la sorpresa, la exploración sonora y la sublimación del matiz, esta no es tu fiesta. Si, por el contrario, lo que se necesita es cambiar el rumbo de esa mañana anodina y salir a asustar por las calles bacheadas, la banda de West Virginia acaba de preparar un manjar con tu nombre. ¡Marchando una de karma flambeado!

Karma To Burn-“55”


Peter Murphy: Lion (Nettwerk, 2014)
Pocos vocalistas hay en este zoo del rock que ofrezcan lo que el exBauhaus Peter Murphy. Sus graves antológicos y una potencia casi primigenia se enroscan como hiedra al durmiente. Además, la textura de los temas de hoy han dejado atrás lo más exhibicionista del joven gótico para pisar fuerte en una madurez ya adentrada en la sabiduría. Prácticamente todas las composiciones que integran su nuevo Lion destilan esta embriaguez. La espesura del primer tema (“Hang Up”) amenaza con un disco que tiene mucho de circular, como metafóricamente preanuncia la calesita del videoclip. Queda claro que lo que oímos después nos gusta. “Low Tar Stars” nos devuelve acelerado aquel tempo obsesivo de “Bela Lugosi's Dead”, mientras “Compression” y “Holy Clown” se suceden en intensidad y la más promocional “Eliza” comienza a despedir un disco que se cierra con la perturbadora “Lion”. La eufórica desazón que queda tras el silencio final corre por cuenta y gasto del oyente.

Peter Murphy-“Hang Up”



Alejandro Feijóo







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