Nueva entrega de nuestro
compendio de novedades discográficas, en el que coinciden chicos malos, chicas
mandonas y un señor que vive protestando.
Desde
que la industria discográfica certificara su propia defunción, allá por el
advenimiento de internet, la cantidad de novedades musicales se fue
multiplicando al ritmo de los panes y los peces. Para explicar este proceso en
apariencia contradictorio podrían esgrimirse una multitud de motivos: la
conversión del oyente en usuario, el final del culto al objeto-disco, la simple
y llana piratería vikinga o la bipolaridad de una industria que se afana por
explotar todas las ventajas (propias) de la red de redes a la vez que censura
todas las ventajas (ajenas) de la red de redes. Sea como fuere, no nos toca
valorar esta realidad compleja y sí exprimir en pocas líneas las beldades y
algunas de las fealdades de estos discos crujientes como milonguitas recién
salidas del horno. Prick up your ears!
Sinéad O'Connor: I'm
Not Bossy, I'm The Boss (Nettwerk, 2014)
Experta
en no conformar a todos por igual, la irlandesa Sinéad O’Connor ha estado más
asociada a novedades extramusicales que a alguno de los buenos discos que
publicó en sus más de veinte años de carrera. Los flirteos religiosos, las
confesiones sexuales y cierto vaivén en su imagen personal le han emparejado
con esos escándalos de los que tan bien viven quienes recogen las migas que se
les caen a los demás. I'm Not Bossy, I'm
The Boss llega con la intención de correr el foco desde el chisme a unas
composiciones que, bordeando lo autobiográfico, oscilan entre el pop más
simplón y el estertor desgarrado. La escucha comienza sumergiéndonos de golpe
en lo previsible (“How I About…”), con temas que lo han dicho todo en los
primeros veinte segundos. Pero mediada la placa las piedras de lo radiable
dejan paso a “The Voice of my Doctor”, “Harbour” “James Brown” y “8 Good
Reasons”, cuatro canciones consecutivas que equilibran la balanza y que, al
final, dejan a todo el mundo con buen sabor de boca. Por fin, Sinéad lo hizo.
Sinéad
O'Connor-“ Take Me To Church”
Morrissey: World Peace Is None Of Your Business (Harvest Records, 2014)
La
publicación de un nuevo disco de Morrissey suele constituir una noticia de lo
más estimulante para esa inmensa minoría que permanece atenta a los pasos del
músico británico. Buenas canciones, una performance vocal impecable, salpicones
de crítica y sarcasmo: algo de esto está asegurado ante cada lanzamiento. El
caso de World Peace Is None Of Your
Business es una confirmación múltiple a esta regla. Temas como el que da
título al álbum, la hipnótica “Neal Cassady Drops Dead”, “Kiss Me A Lot” (con
su aroma a The Smiths) o los bonus “Art-Hounds” y “Scandinavia” admiten más de
una escucha, en parte gracias a los característicos giros vocales de Mozz. Los
toques latinos o directamente hispanos son más que notorios y hacen cumbre en
“The Bullfighter Dies”, donde el garrote que se llevan España y la tauromaquia
es de los notables. Pero como suele ocurrir cuando se trata de Morrissey, la
vida de sus discos continúa más allá de su circunferencia. En este caso, a los
pocos días del estreno de World Peace…
la discográfica Harvest ha anunciado la ruptura de relaciones con su
representado a raíz de las críticas de este a aquella por no haber producido
videoclips promocionales. Todo empezó cuando Morrissey elogió el esfuerzo de
algunos fans por elaborar caseros y apreciados montajes de imágenes, uno de los
cuales pueden ver a continuación.
Bugge Wesseltoft: OK World (Jazzland Recordings, 2014)
Si
de algo ha dado muestras el pianista noruego Bugge Wesseltoft a lo largo de su
ya dilatada carrera es de versatilidad. Inscrito originalmente en el magma
jazzístico e inclinado más tarde hacia el nu
jazz, no tarda en entregarse por fin a un sonido propio que es reconocible
desde la primera nota y al que no le faltan trazas de ambient y electrónica. En su nuevo proyecto, OK World, consigue el
más difícil todavía: abarcar y apretar con la misma fuerza. Acá aparece como
timonel de un arca en el que se acompaña de músicos de tres continentes y seis
nacionalidades. El resultado son vientos de flamenco, letanías orientales y
bases latinas que, junto a otras deliciosas especias musicales, conforman un
disco que es un cross directo a la
mandíbula de quienes banalizan la world
music con un meneo de caderas.
Bugge
Wesseltoft-OK World
Karma To Burn: Arch Stanton (FABA/Deepdive Records, 2014)
El
sexto álbum en estudio del trío estadounidense de rock stoner serviría perfectamente para ilustrar la definición de
“continuismo”: potentes temas instrumentales que crecen a la sombra de ese
enorme baobab llamado Kyuss, riffs
hipnóticos que miran de reojo a la psicodelia, carretillas de entrega y esa
costumbre babilónica de numerar los temas según una lógica no siempre al
alcance del oyente. Si lo que se busca es la sorpresa, la exploración sonora y
la sublimación del matiz, esta no es tu fiesta. Si, por el contrario, lo que se
necesita es cambiar el rumbo de esa mañana anodina y salir a asustar por las
calles bacheadas, la banda de West Virginia acaba de preparar un manjar con tu
nombre. ¡Marchando una de karma flambeado!
Karma
To Burn-“55”
Peter Murphy: Lion (Nettwerk, 2014)
Pocos
vocalistas hay en este zoo del rock que ofrezcan lo que el exBauhaus Peter
Murphy. Sus graves antológicos y una potencia casi primigenia se enroscan como
hiedra al durmiente. Además, la textura de los temas de hoy han dejado atrás lo más
exhibicionista del joven gótico para pisar fuerte en una madurez ya adentrada
en la sabiduría. Prácticamente todas las composiciones que integran su nuevo Lion destilan esta embriaguez. La
espesura del primer tema (“Hang Up”) amenaza con un disco que tiene mucho de
circular, como metafóricamente preanuncia la calesita del videoclip. Queda
claro que lo que oímos después nos gusta. “Low Tar Stars” nos devuelve
acelerado aquel tempo obsesivo de “Bela Lugosi's Dead”, mientras “Compression”
y “Holy Clown” se suceden en intensidad y la más promocional “Eliza” comienza a
despedir un disco que se cierra con la perturbadora “Lion”. La eufórica desazón
que queda tras el silencio final corre por cuenta y gasto del oyente.
Peter
Murphy-“Hang Up”
Alejandro Feijóo
(Publicado
en Esto No Es Una
Revista, número 33: Cristo)
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